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ABIERTO, “NAZDAROVIE”, RESTAURANTE PRIVADO HABANERO CON NOSTALGIA SOVIETICA.
En un nuevo restaurante privado de La Habana no se sirve arroz, frijoles, ni plátanos fritos. Se puede pedir un mojito, pero en vez de ron lo preparan con vodka. Los meseros hablan ruso y los clientes deben pedir sus alimentos en ese idioma, pero nadie debe preocuparse: el menú de este restaurante estilo soviético viene con la traducción y guías de pronunciación.
Nazdarovie, brindis ruso que equivale a “¡Salud!”, se inauguró el viernes con un menú estrictamente eslavo, como borsch (una sopa de verduras que debe su color rojo a la remolacha) y los varénikes ucranianos, preparados a mano en el lugar por babushkas que nacieron en la Unión Soviética pero viven en Cuba desde hace mucho tiempo, informa AP.
El lugar es un homenaje a la nostalgia por los lazos con la Unión Soviética durante la Guerra Fría, cuando Moscú era la principal fuente de comercio y asistencia y cuando cientos de miles de cubanos viajaron a Europa Oriental como estudiantes, artistas y diplomáticos.
“Para muchos de ellos fue la primera vez que salían de la Isla. Tienen nostalgia del tiempo que pasaron allí, de los sabores que experimentaron por primera vez”, dijo Gregory Biniowsky, un canadiense de 45 y de origen ucraniano a quien se le ocurrió la idea y la hizo realidad con tres socios cubanos.
“La idea de Nazdarovie es celebrar un vínculo social y cultural único que existió y que hasta cierto grado existe todavía entre la Cuba de 2014 y lo que fue la Unión Soviética”, dijo Biniowsky, abogado y asesor que vive en La Habana desde hace dos décadas.
Vodka con Lenin
El colapso del bloque socialista de Europa Oriental puso fin a esa estrecha relación entre Moscú y La Habana y lanzó al abismo la economía cubana, pero el presidente ruso Vladimir Putin ha hablado recientemente de relanzar la relación. El mes pasado hizo una visita de Estado a Cuba, barcos de guerra rusos atracan regularmente en la Bahía de La Habana y el régimen castrista ha respaldado a Moscú en su disputa por Ucrania.
Nazdarovie, que ocupa el tercer piso de un edificio histórico de apartamentos en el Malecón, es un homenaje a los viejos tiempos.
Detrás de la barra, matrioshkas y un busto de Lenin custodian botellas de vodka caro. Una pared está llena de reproducciones de carteles soviéticos de propaganda, un intento de provocar conversaciones entre los clientes que se sientan una mesa colectiva grande, pero la única señal de que estamos en el trópico es la espectacular vista del perfil de La Habana y el Estrecho de la Florida desde la terraza. En un ensayo de inauguración esta semana, jóvenes meseras cuidadosamente vestidas sirven platos humeantes de solianka, una sopa rusa de carne, a unos 20 invitados.
El menú de la cena incluye pelmeni (dumplings rellenos de carne, crema agria y eneldo); golubtsy (rollos de repollo cocinados lentamente en una salsa de tomate; cerdo Stroganoff (la carne de res escasea en la isla) y para postre, unos blinis (crepas dulces), llamados “blinchiki” en ruso.
Biniowsky dijo que la mayoría de los ingredientes son de producción nacional, con la excepción de la harina para el pan negro y el caviar, que importan enlatado en las maletas de amigos y familiares que viajan al extranjero. El caviar normal cuesta unos 15 dólares la onza (28,3 gramos); hay opciones más exclusivas y costosas para ocasiones especiales.
Una experiencia traumática
En la cocina, con aire acondicionado, Irina Butorina agrega grandes cantidades de mayonesa a una mezcla de papa, huevo, jamón y guisantes, para preparar una ensaladilla rusa, un plato popular en los antiguos estados soviéticos y que según la leyenda fue inventado por un chef belga, o franco-ruso, llamado a Lucien Olivier.
Butorina, de 56 años, se enamoró de un estudiante cubano que conoció en la universidad en su natal República Socialista Soviética de Kirguistán, ahora llamada Kirguistán, y se mudó a la Isla en 1984. La mujer dijo que el gusto de las recetas de su mamá cambió a medida que se adaptó a Cuba.
“Al principio cocinaba aquí mucha comida rusa, pero luego se perdieron muchas cosas en el mercado, por ejemplo, la col… Entonces hago comida cubana”, dijo. “Pero los compañeros de aquí han formado ese restaurante, fue el sueño de ellos… y fue el sueño de nosotros”.
Expertos dicen que la historia de Butorina es típica de la diáspora soviética en Cuba: de los aproximadamente 3.000-4.000 cubanos nacidos en la Unión Soviética o descendientes de ellos, en su mayoría son mujeres soviéticas que se casaron con estudiantes universitarios cubanos y se mudaron a la Isla.
Algunas se divorciaron o enviudaron, pero se quedaron en Cuba durante muchos años con poco o ningún contacto con su tierra natal.
“Pienso que para muchos es una experiencia realmente traumática porque hay muchas de nuestras mujeres que no han viajado, que no han vuelto a visitar sus patrias después que la Unión Soviética se desintegró… que no han logrado la ciudadanía de Ucrania o Bielorrusia”, dijo Dimitri Prieto-Samsonov, antropólogo que estudia la diáspora soviética en Cuba.
‘Por la amistad indestructible’
En Nazdarovie, un cartel en particular se destaca en medio de la crisis entre Moscú y Kiev. Creado bajo Nikita Kruschov para conmemorar los 300 años de la reunificación de Rusia y Ucrania, muestra a dos corredores que representan a las dos repúblicas soviéticas cruzando la meta juntos. “Por la amistad indestructible y por nuevos éxitos en el deporte”, dice el lema que acompaña al cartel.
“Ese cartel puede parecer hasta un chiste, casi de humor negro”, dijo Prieto-Samsonov, hijo de madre rusa y padre cubano y quien vivió los primeros 13 años de su vida en Rusia.
“Que no sea lo que está pasando entre nuestros países”, agregó. “Tenemos muchos deseos de tener paz”.
Biniowsky dijo que Nazdarovie busca trascender la política y crear un sentido de comunidad: personas de origen ruso y ucraniano y otros, que trabajan, cocinan y comen juntos, unidos por la memoria compartida de una nación estado en vez de estar divididos por la animosidad del momento.
“No en el sentido utópico ingenuo”, dijo. “Compartir el pan y emborracharse con vodka es clave para la paz”.
Agencies/AP/DDC/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
OPEN “NAZDAROVIE”, NEW PRIVATE HABANERO RESTAURANT WITH SOVIET NOSTALGIA.
In a new private restaurant in Havana is not rice, beans, and fried plantains served. You can order a mojito, but instead of rum is cooked with vodka. Waiters speak Russian and customers must order your food in that language, but no need to worry: the menu of this restaurant Soviet style comes with translation and pronunciation guides.
Nazdarovie, Russian equivalent to toast “Cheers” on Friday opened with a strictly Slavic menu as borsch (vegetable soup which owes its color to red beet) and Ukrainians varenikes, prepared by hand on site by babushkas who were born in the Soviet Union but live in Cuba for a long time, reports AP.
The place is a tribute to nostalgia for ties with the Soviet Union during the Cold War, when Moscow was the main source of trade and aid as hundreds of thousands of Cubans traveled to Eastern Europe as students, artists and diplomats.
“For many of them it was the first time I left the island. They have nostalgia for the time they spent there, the flavors they experienced for the first time,” said Gregory Biniowsky, a Canadian 45 and Ukrainian origin who came up and the idea became a reality with three Cuban partners.
“The idea of Nazdarovie is holding a unique social and cultural ties that existed and to some extent still exists between Cuba in 2014 and what was the Soviet Union,” Biniowsky, lawyer and consultant who lives in Havana last spoke two decades.
Vodka with Lenin.
The collapse of the socialist bloc in Eastern Europe ended the close relationship between Moscow and Havana and launched the Cuban economy into the abyss, but Russian President Vladimir Putin has spoken recently to revive the relationship. Last month he made a state visit to Cuba, Russian warships dock regularly in the Bay of Havana and the Castro regime has supported Moscow in its dispute over Ukraine.
Nazdarovie, which occupies the third floor of a historic apartment building on the Malecon, is a tribute to the old days.
Behind the bar, matrioshkas and a bust of Lenin guarding expensive bottles of vodka. One wall is filled with reproductions of Soviet propaganda posters, an attempt to provoke conversations among customers than a large pool table sitting, but the only sign that we are in the tropics is the spectacular view of the profile of Havana and the Strait Florida from the terrace. In a trial opening this week, carefully dressed young waitresses serve up steaming plates solianka, a Russian meat soup, about 20 guests.
The dinner menu includes pelmeni (dumplings stuffed with meat, sour cream and dill); golubtsy (cabbage rolls slowly cooked in a tomato sauce, Pork Stroganoff (beef short supply on the island) and for dessert, some blinis (sweet pancakes), called “blinchiki” in Russian.
Biniowsky said most of the ingredients are locally produced, with the exception of flour for bread and black caviar, importing canned in the suitcases of family and friends who travel abroad. The normal caviar costs about $ 15 an ounce (28.3 grams); more exclusive and expensive options for special occasions.
A traumatic experience.
In the kitchen, air conditioning, Irina Butorina adds large amounts of mayonnaise to potato mixture, egg, ham and peas to prepare a potato salad, a popular dish in the former Soviet states and according to legend was invented by a Belgian chef, or French-Russian, called Lucien Olivier.
Butorina, 56, fell in love with a Cuban student who met in college in his native Kyrgyz Soviet Socialist Republic, now called Kyrgyzstan, and moved to the Island in 1984 She said the taste of your recipes mom changed as adapted to Cuba.
“At first a lot of Russian food cooked here, but then many things were lost cabbage in the market, for example, … Then I make Cuban food,” he said. “But the comrades here have made this restaurant, it was the dream of them … and it was the dream of us.”
Experts say Butorina history is typical of Soviet diaspora in Cuba: the Cuban born about 3000-4000 in the Soviet Union or their descendants, mostly Soviet women are married Cubans university students and moved to Island.
Some divorced or widowed, but remained in Cuba for many years with little or no contact with their homeland.
“I think for many it is a really traumatic experience because many of our women who have not traveled, who have returned to visit their homeland after the Soviet Union fell apart … that have failed the citizens of Ukraine and Belarus” said Dmitri Prieto-Samsonov, an anthropologist who studies Soviet diaspora in Cuba.
‘By the indestructible friendship’.
In Nazdarovie, a poster in particular stands out amid the crisis between Moscow and Kiev. Created under Nikita Khrushchev to commemorate the 300th anniversary of the reunification of Russia and Ukraine, shows two riders representing the two Soviet republics crossing the finish line together. “By the indestructible friendship and new successes in the sport,” says the slogan accompanying the poster.
“That sign may seem to a joke, almost black humor”, Prieto-Samsonov, son of a Russian mother and a Cuban father said, who lived the first 13 years of his life in Russia.
“That is not what is happening between our countries,” he added. “We are eager to have peace.”
Biniowsky said Nazdarovie seeks to transcend politics and create a sense of community: people of Russian and Ukrainian descent and others who work, cook and eat together, united by shared memory of a nation state rather than be divided by animosity times.
“Not in naive utopian sense,” he said. “Sharing the bread and drunk on vodka is key to peace.”
Agencies / AP / DDC / InternetPhotos / www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.