Quien fuera el ayudante del segundo hombre del Ministerio del Interior cubano a fines de los años 80, cuenta por primera vez detalles del día en que fueron detenidos los gemelos Antonio y Patricio de la Guardia, oficialmente, por un caso de narcotráfico, hace ya 20 años. La Causa Número 1, como fue conocido ese proceso, terminó con cuatro altos oficiales en el paredón, el 13 de julio de 1989, entre ellos el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia, algunos de ellos acusados de estar involucrados en negociaciones con el jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar. Sin embargo, no hay una sola versión para explicar estos hechos. Algunas de esas sostienen que la cúpula del gobierno cubano había autorizado esas tratativas con el capo, por Fidel y Raul personalmente, y que las ejecuciones fueron una forma de salvar la cara cuando esas operaciones fueron descubiertas por EE.UU. Otros sostienen que se trató de una purga interna, en los años en que sonaba muy fuerte la música de la Perestroika. Ochoa era un verdadero Heroe Nacional probado muchas veces y nadie puede mejor que los hermanisimos, nadie puede hacerles sombra.
Sus Declaraciones siguen a continuación:
“Como de costumbre, yo había hecho un receso en el trabajo para hacer un poco de ejercicios, bañarme y comer algo. Eran las 7 de la noche cuando recibí una llamada del oficial de guardia para que regresara de inmediato a las oficinas del Ministerio del Interior (MININT), en la Plaza de la Revolución. Era el 12 de junio de 1989. El general José Abrantes, ministro del Interior se encontraba en México cumpliendo una encomienda de Fidel. El general Pascual Marínez Gil, a cargo en ese momento del MININT, y del cual yo era su ayudante, ya estaba en su oficina. Dijo: “Llama al general Orlandito”, el ayudante de Abrantes. De inmediato lo localizo y, en cuanto entra al despacho, Pascual nos dice: “Acabo de regresar del MINFAR”. En el despacho de Raúl Castro se había creado, dirigido por Fidel, un puesto de mando en sesión permanente para analizar y tomar decisiones sobre la situación que se ha venido presentando con informaciones salidas a la luz sobre narcotráfico y las acciones que preveían tomar el gobierno norteamericano.
“Se va a coger presos a Tony y Patricio”, nos dijo con voz lacónica y la adrenalina a flor de piel. Orlandito y yo nos miramos con estupor. Al devolverle la mirada, Pascual continuó: “Ya se localizo a Tony que estaba en su casa y se le dijo que viniera para esta oficina. Los compañeros de Villa Marista (el órgano de investigaciones de la Seguridad del Estado) que van a realizar la detención también están en camino hacia aquí”. Según el chequeo de vigilancia que se le había puesto a Patricio, este se encontraba en casa del teniente coronel Michael Montañés, Maico, ambos con sus esposas. Celebraban con una comida lo que al día siguiente sería el cumpleaños de Patricio. Y el de Tony.
El problema estaba en que no había como decirle a Patricio que viniera a la oficina de Pascual, pues el teléfono de la casa de Maico se hallaba roto. Nadie más debía saber de esta detención. Ni siquiera el resto del alto mando del MININT conocía lo que se estaba manejando en esos momentos. “Felo, ve a buscarlo tú”, me dijo el general. “Ve con mi chofer y dile a Patricio que venga, que quiero hablar con él”.
Momentos después llegaba Tony, y el oficial de guardia lo anunciaba: “Aquí esta el coronel Tony de la Guardia”. “Que pase”, fue la respuesta. Me dirigí a abrir la puesta del despacho y aproveché para salir. Me encontré de frente, caminando hacia mí, a Tony de la Guardia. Su cara traía la expresión de la angustia y la incertidumbre que por días venía arrastrando. “Dime Charles”, le dije, como siempre lo saludaba. “¿El tigre está?”, me preguntó, refiriéndose al general Pascual. “Sí, en el despacho”. Salí al pasillo sin darme cuenta que sería la última vez que vería a Tony. Sé que lo bajaron hasta el sótano en el ascensor que utiliza el ministro y el alto mando del MININT hasta el sótano, donde están los parqueos de estos dirigentes.
Durante el trayecto hasta la casa de Maico, llevaba mi cabeza cargada. Habían detenido a Tony y ahora yo iba a llevar por el mismo camino a quien había sido mi hermano por 20 años. De quien había aprendido muchísimo en el arte militar, en la preparación física y había, además, corrido innumerables riesgos durante las operaciones de Tropas Especiales.
Llegue a la casa de Maico y abrió la puerta su esposa. “Buenas noches, ¿Patricio está por aquí?”, dije. Ya venía caminando hacia la entrada el inconfundible Maico, un gordito, rubio, siempre risueño, bueno y servicial. Increíblemente ágil, intrépido y corajudo. Especialista excepcional de buceo. Maico, nacido en Jacksonville, Estados Unidos, podía correr cualquier riesgo con la misma sonrisa que te contaba un chiste. Sólo tenías que darle la misión, y la creatividad y la audacia iban por él.
“Adelante, coronel”, me saludó Maico. Patricio que me había visto desde la terraza donde estaba. Se había incorporado y venía hacia mí con sus azules y una camisa de cuadros, con las mangas recogidas.
“Patri, necesito que vengas conmigo. Pascual quiere hablar contigo”. “Ah, está bien”, dijo Patricio. Se viró hacia su esposa, María Isabel, que venía acercándose a nosotros, y le dijo: “Voy con Felo a ver a Pascual, que quiere verme”. Salimos y tomamos el auto que, con el chofer del general, nos esperaba. Los nueve kilómetros que separaban la casa de Maico de la sede del Ministerio del Interior me parecieron interminables. Nunca he recordado de qué bobería hablamos en el trayecto. Patricio llevaba retratadas en su cara, como Tony, la incertidumbre y esa sensación que te aprieta el estómago presintiendo que algo va a pasar. Quizás Patricio haya percibido algo similar en la mía.
Eran casi las 10 de la noche cuando subimos por el mismo ascensor en el que, una hora antes, habían bajado a su hermano gemelo. Entramos a mi oficina y avisé al general: “Aquí esta Patricio”. “Dile que pase”, fue la respuesta. Patricio y yo nos miramos. Le indiqué la puerta sin pronunciar palabra. No quise entrar al despacho. No tenía tampoco idea de lo que vendría después. Esperé en la oficina del oficial de guardia. “Dile a Felo que venga”, se escuchó al rato por el intercomunicador. Cuando abrí la puerta del despacho, ya Patricio no estaba.
Meses después volví a ver a Patricio, en la prisión de Guanajay. El salía a trabajar en un pequeño patio frente a donde yo limpiaba mi celda. Al vernos, él, asombrado, hizo un gesto como preguntando: “¿Y tú qué haces tu aquí?”. Yo le devolví la misma expresión. No hubo palabras. No hubo más gestos. Nos miramos. Sonreímos. Como siempre”.
Nota: Los meses que siguieron fueron un torbellino, en el que se desarticuló y desmembró completamente lo que hasta ese momento había sido el Ministerio del Interior. Mientras el coronel Antonio de la Guardia fue fusilado, el general Patricio de la Guardia fue condenado a 30 años de prisión. El que era ministro del Interior, José Abrantes, recibió una sentencia de 20 años en la Causa Número 2 y murió en la cárcel en enero de 1991. Pascual Martínez Gil recibió una condena de 12 años de cárcel. Filiberto Castiñeiras, Felo, fue condenado a dos años de prisión durante aquellos procesos. Salió clandestinamente de Cuba en 1993 y desde entonces vive en Estados Unidos.
Autor: Filiberto Castiñeiras, Ex coronel del Ministerio del Interior de Cuba)
FilibertoCastineiras/LaTercera/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Arnaldo Ochoa, Antonio and Patricio DE LA GUARDIA (A Witness)
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona,Editor
Foto por Mariana Bielsa with Maria Hernandez-Delfin.- Playas del este, Habana.
ARNALDO OCHOA, ANTONIO AND PATRICIO DE LA GUARDIA (A WITNESS).
Who was the second man assistant Cuban Interior Ministry in the late 80s , has for the first time details of the day they were arrested the twins Antonio and Patricio de la Guardia, officially , for a drug trafficking case , already 20 years. Cause No. 1, as it was known that process, finished with four senior officers in the wall , on July 13, 1989 , including Gen. Arnaldo Ochoa and Colonel Antonio de la Guardia, some of them accused of being involved in negotiations with the Medellin cartel leader Pablo Escobar . However, there is no one version to explain these facts . Some of them argue that the leadership of the Cuban government had authorized these negotiations with bonnet, by Fidel and Raul personally, and that executions were a way to save face when these transactions were discovered by U.S. Others argue that it was an internal purge, in the years when the music blared Perestroika. Ochoa was a true National Hero in Cuba proved many times; nobody could be better than the Castro brothers, nobody could do better before the people.
His statements follow below :
” As usual , I had made a break at work to do some exercise , take a shower and eat something. Was 7 in the evening when I received a call from the duty officer to return immediately to the offices of the Ministry of Interior (MININT ) , in the Plaza of the Revolution. was the June 12, 1989 . Gen. Jose Abrantes , the interior minister was in Mexico serving a parcel of Fidel . Marínez General Pascual Gil , in charge at the time of MININT , and of which I was his assistant , and was in his office . said : ” General Call Orlandito ” Abrantes aide . was immediately locate and , upon entering the office, Pascual says : “I just returned MINFAR . ” in the office of Raul Castro had created , led by Fidel , a command post in permanent session to discuss and make decisions about the situation that has been presented with information come to light on drug trafficking and actions envisaged to take the U.S. government.
“It will take Tony and Patricio prisoners ,” he said, his voice terse and adrenaline to the surface . Orlandito and I stared in amazement . When you look back , Pascual continued : “It was localized to Tony that he was at home and was told to come to this office. Co- Villa Marist ( research organ of the State Security ) who will perform the arrest also are on their way here . ” According to the monitoring check that had been made Patricio , this was home of Lt. Col. Michael Montanes, Maico , both with their wives. They celebrated with a meal so that the next day would be the birthday of Patrick. And Tony .
The problem was that there was no way to tell Patrick to come Pascual ‘s office , for the home phone was broken Maico . No one must know of this arrest . Even the rest of the high command of the Interior Ministry knew what he was driving at the time. ” Felo , go get you,” said the general. ” Go with my driver and tell Patrick to come, I want to talk to him.”
Tony arrived moments later , and the duty officer announced this: ” Here is the Colonel Tony de la Guardia ” . ” That happens,” was the reply. I went to open the start of the office and took the opportunity to leave. I met head on, walking towards me, Tony de la Guardia . His face brought the expression of anguish and uncertainty that was dragging days . ” Tell me, Charles ,” I said , as always greeted him . ” Tiger is ? ” He asked , referring to General Pascual . ” Yes , in the office ” . I left the hall without realizing it was the last time I would see Tony . I know I went down to the basement in the elevator that uses the Minister and the high command of the Interior Ministry to the basement , where the parking of these leaders .
On the way to the house of Maico , had my head charged. Tony had been arrested and now I was going to take the same road who had been my brother for 20 years. From who had learned a lot in the military art in the physical preparation and had also run many risks for Special Forces operations .
Reach Maico ‘s house and his wife opened the door . ” Good evening, Patrick ‘s here ? ” , I said. I was walking towards the entrance the unmistakable Maico , a chubby , blonde, always cheerful , kind and helpful . Incredibly agile, fearless and courageous . Specialist diving exceptional . Maico , born in Jacksonville , United States , could not take any risk with the same smile you tell a joke . All you had to give the mission, and creativity and boldness were for him.
” Go ahead, Colonel ,” he greeted Maico . Patrick I had seen from the terrace where he was. He was sitting and came towards me with his blue and a plaid shirt with the sleeves rolled up .
” Patrick , I need you to come with me . Pascual wants to talk with you. ” ” Ah , well ,” said Patrick. He turned to his wife, Maria Isabel , coming closer to us, and said : “I’m going to see Felo Pascual, who wants to see me .” We went out and took the car with the driver of all we expected. The nine miles between Maico house the headquarters of the Interior Ministry seemed endless . I have never remembered what nonsense talked on the ride. Patrick had portrayed in his face, like Tony , uncertainty and that feeling you squeeze the stomach feeling that something will happen . Perhaps Patrick has received something similar in mine.
It was almost 10 pm when we went up the same elevator in which , an hour before , had fallen to his twin brother. We went into my office and warned the general: “Here is Patrick” . ” Tell him to come ,” was the answer. Patrick and I exchanged glances. I pointed out the door without a word. I did not go to the office. I had no idea what would come next. I waited in the office of the officer on duty. ” Tell Felo come ” was heard a while over the intercom. When I opened the office door , and Patrick was not .
Months later I see Patrick Guanajay in prison . The went to work in a small courtyard in front of where I cleaned my cell. Seeing us , he , amazed , made a gesture as asking, ” What are you doing here? ” . I returned the same expression. No words. No more gestures . We looked . We smile . As always ” .
Note : The months that followed were a whirlwind , which was dismantled and completely dismantled what had hitherto been the Ministry of Interior. While Colonel Antonio de la Guardia was shot , General Patricio de la Guardia was sentenced to 30 years in prison. He who was Interior Minister Jose Abrantes , was sentenced to 20 years in Cause Number 2 and died in prison in January 1991 . Pascual Martínez Gil was sentenced to 12 years in prison . Filiberto Castiñeiras , Felo , was sentenced to two years in prison for those processes . Was smuggled out of Cuba in 1993 and has since lived in the United States.
Author: Filiberto Castiñeiras, former Interior Ministry colonel in Cuba )
FilibertoCastineiras/LaTercera/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Arnaldo Ochoa, Antonio and Patricio DE LA GUARDIA (A Witness)
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona,Editor