Foreign companies are ripe for UCI graduates, well-trained professionals at low prices.
Founded in 2002, the UCI (University of Computer Science) has formed more entrepreneurs and accountants than any other faculty in the country, although without intending to do so.
During the time as university students remember the emphasis was on working for schools, ministries, state enterprises and operations related to computer security and “the ideological battle” in cyberspace.
In his business card “Agustín” does not go around with “I repair computers at home. I was the first record of my year”. The young man earns his living away from the state sector after graduating from the University of Computer Science (UCI), the main pool of computer engineers that nurtures the informal market. Agustín created with two friends an equipment repair group and searched for a contract with a foreign company for years.
With modern faculties, students from all over the country and enormous squares, the UCI is located to the west of Havana, where formerly the base of radio escucha Lourdes, run by Russian military. Since the school was created and up to last year, 14,092 students have graduated.
In their classrooms the computer soldiers of the Revolution had to be formed, a task that became more urgent as new technologies expanded on the Island.
“Right now we have more than a thousand students in the first year,” said a professor at the center who preferred anonymity. Throughout the University there are more than 3,000 students from all over the country and “from the second or third year they produce programs and applications for export, although the most talented ones start from the first”.
“Many of our engineers end up working on their own, emigrating or signing contracts with foreign companies that pay for their work at a distance,” says the professor. “The state sector can not absorb all these young people.” The academic says that among his students “it is common that since before obtaining the diploma they already have some work abroad”. The main branches of this informal work is “repairing and maintaining computers, installing software and developing applications for devices with Android or iOS.
The classified websites are full of computer companies that offer their services. A scrambled river in which many foreign firms that see in the graduates of the UCI a very qualified but cheap labor. Some of these engineers combine their work in the state sector with a “left” job.
For two years “Agustín” made his social service with a salary below 300 CUP monthly and an idea began to gain form in his head. “I wanted to work on my own because some friends who graduated earlier had done it and did better.”
“We need a UCI graduate in Computer Engineering with at least two years of experience in telecommunications,” he read in the Revolico portal a few months ago. “I sent my resume and they accepted me,” he says. “I opened the skies because now I’m going to start programming applications for a Panamanian company.”
Augustine picks up accounts fast. “I get paid 300 CUC a month, 25 times more than I earned with the state.”
CUBA POR DENTRO: LOS INGENIEROS CUBANOS A REMATE.
Las empresas extranjeras se rifan a los graduados de la UCI, profesionales bien formados a precios bajos.
Fundada en el año 2002, la UCI (Universidad de Ciencias Informáticas) ha formado más emprendedores y cuentapropistas que ninguna otra facultad del país, aunque sin proponérselo.
Durante el tiempo como estudiantes universitarios recuerdan el hincapié que se hacía en que trabajarían para escuelas, ministerios, empresas estatales y en operaciones relacionadas con la seguridad informática y “la batalla ideológica” en el ciberespacio.
En su tarjeta de presentación Agustín no se anda con rodeos: “Reparo computadoras a domicilio. Fui el primer expediente de mi año”. El joven se gana la vida lejos del sector estatal tras graduarse en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), la principal cantera de ingenieros informáticos que nutre el mercado informal. Agustín creó con dos amigos un grupo de reparación de equipos y han buscado durante años un contrato con alguna empresa extranjera.
Con modernas facultades, alumnos de todo el país y enormes plazoletas, la UCI se ubica al oeste de La Habana, donde anteriormente funcionaba la base de radioescucha Lourdes, gestionada por militares rusos. Desde que se creó la escuela y hasta el pasado año se han graduado 14.092 estudiantes.
En sus aulas debían formarse los soldados informáticos de la Revolución, una tarea que se hizo más urgente a medida en que las nuevas tecnologías se expandieron por la Isla.
“Ahora mismo tenemos más de mil estudiantes en primer año”, comentó a este diario un profesor del centro que prefirió el anonimato. En toda la Universidad hay más de 3.000 alumnos de todo el país y “desde el segundo o el tercer año producen programas y aplicaciones para la exportación, aunque los más talentosos empiezan desde primero”.
“Muchos de nuestros ingenieros terminan trabajando por cuenta propia, emigrando o firmando contratos con empresas extranjeras que pagan su trabajo a distancia”, asegura el profesor. “El sector estatal no puede absorber a todos estos jóvenes”. El académico cuenta que entre sus estudiantes “es común que desde antes de obtener el diploma ya tienen algún empleo por fuera”. Las principales ramas en que se desarrolla ese trabajo informal es “la reparación y mantenimiento de computadoras, la instalación de software y el desarrollo de aplicaciones para dispositivos con Android o iOS”.
Las webs de clasificados están repletas de informáticos que ofrecen sus servicios. Un río revuelto en el que pescan muchas firmas extranjeras que ven en los graduados de la UCI una mano de obra muy calificada pero barata. Algunos de estos ingenieros compaginan su trabajo en el sector estatal con un empleo “por la izquierda”.
Durante dos años Agustín hizo su servicio social con un salario por debajo de los 300 CUP mensuales y una idea comenzó a ganar forma en su cabeza. “Quería trabajar por mi cuenta porque algunos amigos que se graduaron antes lo habían hecho y les iba mejor”.
“Necesitamos un graduado de la UCI en Ingeniería Informática con al menos dos años de experiencia en telecomunicaciones” leyó en el portal Revolico hace unos meses. “Mandé mi currículo y me aceptaron”, cuenta. “Se me abrieron los cielos porque ahora voy a empezar a programar aplicaciones para una empresa panameña”.
Agustín saca cuentas rápido. “me pagan 300 CUC al mes, 25 veces más de lo que ganaba con el Estado”.
Agencies/14ymedio, La Habana/Marcelo Hdez./Excerpts/Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.