Tumba francesa is a Afro-Cuban genre of dance, song and drumming that emerged in Oriente, Cuba. It was introduced by Haitian slaves who were resettled in the island’s eastern regions following the unrest in Haiti during the 1790s.
The genre flourished in the late 19th century with the establishment of sociedades de tumba francesa (tumba francesa societies), of which only three survive.
Tumba francesa combines musical traditions of West African, Bantu, French and Spanish origin. Cuban ethnomusicologists agree that the word “tumba” derives from the Bantu and Mandinka words for drum. In Cuba, the word tumba is used to denote the drums, the ensembles and the performance itself in tumba francesa.
Tumbas francesas are directed by a mistress of ceremonies called mayora de plaza. Performances generally begin with improvised solo singing in a mixture of Spanish and French patois termed kreyol cubano or patuá cubano by the lead vocalist (composé).
After the introduction, the catá (a wooden cylindrical idiophone struck with two sticks) is played, and the composé alternates call and response singing with a group of female vocalists tumberas.
After the catá establishes the beat, the three tumbas are played. The tumbas are single-headed hand drums; from largest to smallest they are called premier (or manma), bulá and segón. The premier is now commonly called quinto, as it fulfills the same lead, improvisatory role as the quinto does among the conga drums in Cuban rumba.
In the toque masón, a double-headed bass drum called tamborita (or simply tambora) establishes the rhythm together with the catá. In addition, a shaker called chachá or maruga is commonly played by the tumberas and the mayora throughout the performance.[
The structure of tumba francesa is related to an eastern type of Cuban rumba called tahona.
TRADICIÓN MUSICAL AFRO-CUBANA “LA TUMBA FRANCESA”. SU HISTORIA.
Tumba francesa es un género afrocubano de danza, canción y batería que surgió en Oriente, Cuba. Fue introducido por los esclavos haitianos que fueron reasentados en las regiones orientales de la isla después de los disturbios en Haití durante la década de 1790.
El género floreció a fines del siglo XIX con el establecimiento de sociedades de tumba francesa, de las cuales solo sobreviven tres.
Tumba francesa combina tradiciones musicales de origen africano occidental, bantú, francés y español. Los etnomusicólogos cubanos coinciden en que la palabra “tumba” se deriva de las palabras bantú y mandinka para tambor. En Cuba, la palabra tumba se usa para denotar los tambores, los conjuntos y el rendimiento en sí mismo en tumba francesa.
Las tumbas francesas son dirigidas por una maestra de ceremonias llamada mayora de plaza. Las actuaciones generalmente comienzan con canto improvisado solo en una mezcla de patois español y francés llamado kreyol cubano o patuá cubano por el vocalista principal (composé).
Después de la presentación, se reproduce el catá (un idiófono cilíndrico de madera golpeado con dos palos), y el composé alterna el canto de llamada y respuesta con un grupo de voces femeninas de tumberas.
Después de que el catá establece el ritmo, se tocan las tres tumbas. Los tumbas son tambores de mano de una sola cabeza; de mayor a menor se llaman premier (o manma), bulá y segón. El primer ministro ahora se llama comúnmente quinto, ya que cumple el mismo papel de liderazgo e improvisación que el quinto entre los tambores de la conga en la rumba cubana.
En el toque masón, un bombo de doble cabeza llamado tamborita (o simplemente tambora) establece el ritmo junto con el catá. Además, las vibradoras y las mayoras suelen tocar una coctelera llamada chachá o maruga durante toda la ejecución.
La estructura de tumba francesa está relacionada con un tipo oriental de rumba cubana llamada tahona.
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THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.