> 2017: CUBAN FREEMASONRY is 158 years old. (PHOTOS). <> 2017: LA MASONERÍA CUBANA cumple 158 años. (Fotos).
In Cuba, around 27,200 Masons live in 320 lodges throughout the territory. All the municipalities have at least one, which means that “Freemasonry is present in every corner of the country,” Ernesto Zamora, the deputy grand master of the Grand Lodge of Cuba, told Efe.
Freemasonry celebrates 158 years of history on the island, and survives in the XXI century with the challenge of attracting new generations and renew the mission of that secret fraternal institution, which played a crucial role in the independence struggles and joined great heroes.
The figures reflect a gradual recovery, with ups and downs: of the 34,600 Masons that were in Cuba before the Revolution, in the following years only 13,200 remained, since many fled the country for fear of being persecuted for belonging to that secret society that hid economic power.
However, a century and a half ago, when Freemasonry arrived in Cuba, the lodges were more than philanthropic and fraternal institutions: they were political forums that disseminated the triptych of “freedom, equality and fraternity” of the French Revolution and promoted a political action in that sense.
“If they pursue Freemasonry, they are pursuing the history of Cuba,” said Zamora, as the great independence heroes of the island such as Carlos Manuel de Céspedes -the father of the country-, Máximo Gómez or Antonio Maceo belonged to the institution and was in it where they were forged as fighters for the independence of Spain.
Martí, intellectual leader of the independence that tried to agglutinate all the political tendencies in a single party, began in the freemasonry during his exile in Spain, in the Madrid of 1871.
Just ten years ago, with the discovery of the archives of the Fernandina Lodge of Jagua, in the Cuban city of Cienfuegos, the file that recognized Marti’s degree as “Master Mason” along with his signature, corroborated by the graphological analysis, appeared.
After that discovery, the Cuban freemasons declared Martí “illustrious and meritísimo member of the Masonic order in Cuba” and settled that pending account of history.
“Freemasonry has been present in all cultural and political events in the country as the struggle for our independence, and all relevant figures of our history have been freemasons,” said José Ramón Viñas, sovereign grand commander of the Supreme Council of the 33rd Degree Cuba.
It was the English, who occupied Havana for eleven months in 1762 – a consequence of the Bourbon Pact between Spain and France – who introduced “the Masonic seed” on the island, when they came with a military lodge, the Temple of the Theological Virtues.
“With them came a stream of freethinking that awakened the longing for freedom for many Cubans,” said Ramón Viñas, president of the Cuban Academy of Higher Masonic Studies.
Then, the French colonists arrived from Haiti in the late eighteenth century founded the first lodges in Cuban territory, which were the precursors of the first conspiracies against the Crown of Spain.
On December 5, Freemasonry celebrated 158 years in Cuba and in the XXI century has channeled its mission to social works, such as the Masonic nursing home in Llansó, in the Cuban capital.
2017: LA MASONERÍA CUBANA CUMPLE 158 AÑOS.
En Cuba viven alrededor de 27.200 masones repartidos en 320 logias en todo el territorio. Todos los municipios tienen al menos una, con lo cual “la masonería está presente en cada rincón del país”, indicó a Efe el diputado gran maestro de la Gran Logia de Cuba, Ernesto Zamora.
La masonería cumple 158 años de historia en la Isla, y sobrevive en pleno siglo XXI con el reto de atraer nuevas generaciones y renovar la misión de esa institución fraternal secreta, que jugó un papel crucial en las luchas independentistas y afilió a grandes próceres.
Las cifras reflejan una paulatina recuperación, con altibajos: de los 34.600 masones que había en Cuba antes de la Revolución, en los años posteriores quedaron sólo 13.200, ya que muchos huyeron del país por temor a ser perseguidos por pertenecer a esa sociedad secreta que escondía poderío económico.
Sin embargo hace siglo y medio, cuando la masonería llegó a Cuba, las logias eran más que instituciones filantrópicas y fraternales: fueron foros políticos que difundieron el tríptico de “libertad, igualdad y fraternidad” de la Revolución Francesa e impulsaron una acción política en ese sentido.
“Si persiguen la masonería, están persiguiendo la historia de Cuba”, apuntó Zamora, ya que los grandes próceres independentistas de la isla como Carlos Manuel de Céspedes -el padre de la patria-, Máximo Gómez o Antonio Maceo pertenecieron a la institución y fue en ella donde se forjaron como luchadores por la independencia de España.
Martí, líder intelectual de la independencia que trató de aglutinar todas las tendencias políticas en un solo partido, se inició en la masonería durante su destierro en España, en el Madrid de 1871.
Hace apenas diez años, con el hallazgo de los archivos de la Logia Fernandina de Jagua, en la ciudad cubana de Cienfuegos, apareció el expediente que reconocía a Martí el grado de “maestro masón” junto con su firma, corroborada por el análisis grafológico.
Tras ese descubrimiento, los masones cubanos declararon a Martí “ilustre y meritísimo miembro de la orden masónica en Cuba” y zanjaron esa cuenta pendiente de la historia.
“La masonería ha estado presente en todos los eventos culturales y políticos del país como la lucha por nuestra independencia, y todas las figuras relevantes de nuestra historia han sido masones”, subrayó José Ramón Viñas, soberano gran comendador del Supremo Consejo del Grado 33 en Cuba.
Fueron los ingleses, que ocuparon La Habana durante once meses en 1762 -consecuencia del Pacto Borbónico entre España y Francia- quienes introdujeron “la semilla masónica” en la isla, al venir con ellos una logia militar, El Templo de las Virtudes Teologales.
“Con ellos vino una corriente de librepensamiento que despertó los anhelos de libertad de muchos cubanos”, contó Ramón Viñas, presidente de la Academia Cubana de Altos Estudios Masónicos.
Luego, los colonos franceses llegados desde Haití a finales del siglo XVIII fundaron las primeras logias en territorio cubano, que fueron las precursoras de las primeras conspiraciones contra la Corona de España.
El pasado 5 de diciembre la masonería cumplió 158 años en Cuba y en pleno siglo XXI ha encauzado su misión hacia obras sociales, como el asilo de ancianos masónico de Llansó, en la capital cubana.
Agencies/EFE/Internet Photos/Excerpts/Arnoldo Varona/TheCubanHistory.com
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