> CUBAN CHARACTERS: ROSALÍA ABREU and the Monkey’s Farm. Photos. <> PERSONAJES CUBANOS: ROSALÍA ABREU y La Finca de los Monos. Fotos.

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On November 3, 1930, Havana newspapers reported the death of Rosalía Abreu Arencibia, one of the most controversial figures of the Havana bourgeoisie and the most respected worldwide for her studies of primate in captivity. He supported many social causes, supported schools, hospitals and asylums for poor families and contributed with large sums of money to the Cuban independence cause. But it is possible that these significant data are not the best known, however his “Finca de los Monos” is remembered by all.

La Finca de los Monos is a place located in the Palatino district of the municipality of Havana, which today is an unimportant reference in the transit through the Calzada de Santa Catalina. It is a site practically forgotten but in its time it was so important that according to an authorized American scientist of the time, there was “the greatest anthropological experiment ever done”.

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Even today it is said that in that mysterious building in the form of a castle, there in the Cerro, on full moon nights, you can see the shadows of monkeys dancing a waltz in honor of their benefactress, Rosalía Abreu.

Before being called “Finca de los monos”, it was called “Las Delicias”. He had seven caballerias of land and was acquired on March 26, 1873 by Don Pedro Nolasco González Abreu, father of the famous patriot Marta González Abreu de Estévez and Rosalía Paula Caridad de la Luz González Abreu and Arencibia. This last woman was the owner of enormous wealth. His resources, his philanthropy and his love for animals resulted in the amazing collection of animals he gathered on the land that had belonged to his father.

Famous above all for her zoological collection, Mrs. Rosalia was a generous woman and shared her fortune in charitable works that supported several orphanages in Havana and Santa Clara, educational institutions and donations made to the independence cause during the last years of the colonial period .

It can be said that the Finca de los Monos was the first zoo in Cuba and that it gathered birds, mammals and reptiles, almost all brought from Asia and Africa and personally attended by Rosalía, helped by servants and laborers.

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In 1928, he had founded with his capital a Technical-Industrial School for Women in Rancho Boyeros, Havana, which is known by name in just homage.

But despite his philanthropy, in Havana in the first decades of the twentieth century, there were many comments that ran from mouth to mouth about the so-called monos farm, belonging to Rosalía Abreu.

The tabloid press was also angry with Rosalía publishing cartoons of her dancing, flying in an airplane or in other situations along with her monkeys. And for that reason to his fifth “Las Delicias” they began to call it “the monkeys’ farm”. I personally did not know another name that was not that.

It was said that in his mansion in the form of a castle, there was more of a mystery because the apes that lived there were treated almost like people. Eventually one of the chimpanzees, named Jimmy, became Rosalie’s favorite pet and accompanied her on visits and walks with an elegant suit made to measure. He traveled in the front seat next to the driver and was responsible for opening and closing the door of his mistress and take the things she bought or needed.

The famous dancer Isadora Duncan, in her walks around Havana, left written her impressions, especially about the beloved and “harmless” animals of Rosalía Abreu and the valuation of her as a beautiful, cultured and intelligent woman.

Rosalía Abreu was also intrepid because she was one of the first women who rose in a plane in Cuba, along with the writer Laura Zayas Bazán and the owner of the Telegrafo hotel, Pilar Samoano del Toro. And the pilot was nothing more and nothing less than the pioneer of Cuban aviation Domingo Rosillo.

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But not everyone thought the same as Duncan, because they did not have their class. Most of the guests at their parties, members of the so-called “high society” (because they had money, but not education or culture) enjoyed music, food and liquor and flattered Rosalia, but behind, they made fun of She and her monkeys.

But the truth is that those animals, as well as pets, were becoming, in the span of three decades, and thanks to the efforts of Rosalia, the object of deep scientific studies.

In the Finca de los Monos there were also collections of cockatoos, macaws, parrots, canaries, peacocks, Japanese roosters, deer, bears, rabbits, horses, dogs, cats and a small elephant called Jumbito. The name is in reference to an African elephant that became known worldwide thanks to the press and named Jumbo. Walt Disney managed to make Jumbo fly in his animated film of 1941, calling him Dumbo, who shook his big ears loudly to be able to take off.

The newspapers of November, 1930, had a headline that said: “A Cuban lady bequeaths several million for her monkeys when she dies.” Without a doubt, Rosalía Abreu learned that monkeys, dogs and many animals are much better than man.

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ROSALÍA ABREU Y LA FINCA DE LOS MONOS. FOTOS.

El 3 de noviembre de 1930, los periódicos habaneros dieron la noticia de la muerte de Rosalía Abreu Arencibia, una de las figuras más controvertidas de la burguesía habanera y la más respetada mundialmente por sus estudios de los primates en cautiverio. Apoyó muchas causas sociales, sostuvo escuelas, hospitales y asilos para familias pobres y contribuyó con fuertes sumas de dinero a la causa independentista cubana. Pero es posible que estos significativos datos no sean los más conocidos, sin embargo su “Finca de los Monos” es recordada por todos.

La Finca de los monos es un lugar situado en el reparto Palatino del municipio habanero del Cerro, que hoy es una referencia sin importancia en el tránsito por la Calzada de Santa Catalina. Se trata de un sitio prácticamente olvidado pero en su época fue tan importante que según un autorizado científico norteamericano de la época, allí ocurría “el experimento antropológico más grande jamás realizado”.

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Aun hoy se dice que en esa misteriosa edificación con forma de castillo, allá en el Cerro, en las noches de luna llena se pueden percibir las sombras de unos monos bailando un vals en honor a su benefactora, Rosalía Abreu.

Antes de llamarse “Finca de los monos”, se llamaba “Las Delicias”. Tenía siete caballerías de tierra y fue adquirida el 26 de marzo de 1873 por don Pedro Nolasco González Abreu, padre de la insigne patriota Marta González Abreu de Estévez y de Rosalía Paula Caridad de la Luz González Abreu y Arencibia. Esta última mujer fue dueña de una enorme riqueza. Sus recursos, su filantropía y su amor a los animales dieron como resultado la asombrosa colección de animales que reunió en los terrenos que habían sido de su padre.

Famosa sobre todo por su colección zoológica, doña Rosalía fue una mujer generosa y compartió su fortuna en obras de caridad que sostenían varios orfanatos en La Habana y Santa Clara, instituciones educativas y donaciones hechas a la causa independentista durante los últimos años de la etapa colonial.

Se puede decir que la Finca de los Monos fue el primer zoológico en Cuba y que reunía aves, mamíferos y reptiles, casi todos traídos de Asia y África y atendidos personalmente por Rosalía, auxiliada por criados y jornaleros.

En 1928, había fundado con su capital una Escuela Técnica-Industrial para Mujeres en Rancho Boyeros, la Habana, la que se conoce por su nombre en justo homenaje.

Pero a pesar de su filantropía, en La Habana de las primeras décadas del siglo XX, fueron muchos los comentarios que corrían de boca en boca sobre la llamada finca de los monos, perteneciente a Rosalía Abreu.

La prensa sensacionalista también se ensañó con Rosalía publicando caricaturas de ella bailando, volando en un avión o en otras situaciones junto con sus monos. Y por ello a su quinta “Las Delicias” la empezaron a llamar “la finca de los monos”. Yo personalmente no conocí otro nombre que no fuera ese.

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Se decía que en su mansión en forma de castillo, existía más de un misterio pues los simios que allí habitaban eran tratados casi como personas. Con el tiempo uno de los chimpancés, llamado Jimmy, se convirtió en la mascota preferida de Rosalía y la acompañaba en sus visitas y paseos con un elegante traje hecho a su medida. Viajaba en el asiento delantero al lado del chofer y se encargaba de abrir y cerrar la puerta de su ama y llevarle las cosas que ella compraba o necesitaba.

La famosa bailarina Isadora Duncan, en sus paseos por La Habana, dejó escritas sus impresiones, sobre todo acerca de los queridos e “inofensivos” animalitos de Rosalía Abreu y la valoración de ella como una mujer hermosa, culta e inteligente.

Rosalía Abreu también era intrépida pues fue de las primeras mujeres que se elevaron en un avión en Cuba, junto a la escritora Laura Zayas Bazán y la propietaria del hotel Telégrafo, Pilar Samoano del Toro. Y el piloto era nada más y nada menos que el pionero de la aviación cubana Domingo Rosillo.

Pero no todos pensaban igual que la Duncan, porque no tenían su clase. La mayor parte de los invitados a sus fiestas, miembros de la llamada “alta sociedad” (porque tenían dinero, pero no educación ni cultura) disfrutaban de la música, las comidas y licores y halagaban a Rosalía, pero por detrás, se burlaban de ella y de sus monos.

Pero lo cierto es que aquellos animales, a la par que mascotas, fueron convirtiéndose, en el lapso de tres décadas, y gracias al empeño de Rosalía, en objeto de profundos estudios científicos.

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En la Finca de los Monos existían también colecciones de cacatúas, guacamayos, papagayos, canarios, pavos reales, gallos japoneses, ciervos, osos, conejos, caballos, perros, gatos y un pequeño elefante llamado Jumbito. El nombre es en alusión a un elefante africano que se hizo mundialmente conocido gracias a la prensa y de nombre Jumbo. Walt Disney logró que Jumbo volase en su película animada de 1941 llamándolo Dumbo, el que agitaba fuertemente sus grandes orejas para poder alzar el vuelo.

Los periódicos del de noviembre de 1930 tenían un titular que decía: “Una dama cubana lega, al morirse, varios millones para sus monos”. Sin duda alguna, Rosalía Abreu aprendió que los monos, los perros y muchos animales, son muchísimo mejores que el hombre.

Agencies/MemoriasCubanas/Carlos Rodríguez/Derubín Jacome/Extractos/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
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