June 16 will mark a year since President Trump announced a tougher Cuba travel policy, but unlike in much of the nation, the changes don’t seem to have hurt local bookings to the island.

The number of people traveling between Tampa and Havana has increased dramatically. Tampa International Airport said 71,376 passengers flew between Tampa and Havana through April of this fiscal year. That’s up from 53,512 during the same period in 2017, an increase of 33 percent. Overall, despite Trump’s vow to a Miami crowd last year to roll back much of what his predecessor Barack Obama had done with Cuba, not much has changed here for those who want to engage the island nation.

Cruise ships are sailing more often to Havana. Exchange programs continue.

Residents can even stay in Cuban military-operated hotels, despite Trump’s directive that Americans can’t book rooms in such lodgings.
Language in the mandate says Americans can’t make direct payments to those hotels, said Tom Popper, president of the New York-based InsightCuba travel company. But U.S. travel agents can still legally book these hotels for clients by indirectly paying for rooms through a third-party property management company in Cuba, Popper said. He said his lawyers have cleared that with the U.S. Treasury Department’s Office of Foreign Assets Control. When asked about the indirect payments, OFAC responded via email, “authorized travelers may not engage in a direct financial transaction with entities and sub-entities, including hotels, on the Cuba Restricted List.” Pressed again about indirect payments, OFAC did not respond.

“If this is the case, how can one consider this administration dependable?” asked Rafael Pizano, a spokesman for Tampa’s Casa de Cuba, which argues against engagement with the socialist nation. “The president has taken steps, yet he needs to come through. Flights should be more restricted and cruises halted.” Both are thriving locally. “We see nothing to suggest the administration’s policy direction on Cuba travel has impacted our bookings,” said Brad Hawkins, a spokesman for Southwest Airlines, which offers daily flights from Tampa to Havana.

Carnival cruise lines will add another 20 Havana voyages in 2019, bringing the total to 31. And Royal Caribbean is now using a larger ship that can carry more than 2,700 passengers to Havana, compared to 1,602 previously. “Havana has been a positive offering by the cruise lines to the port,” said Wade Elliot, vice president of marketing for Port Tampa Bay.

Going to Cuba for tourist reasons has long been illegal under U.S. law. But then-President Obama made it easier to visit for educational purposes by allowing individual travel. Among Trump’s June 2017 directives was to cancel individual travel to Cuba so the only way to visit was as part of a U.S. government-approved tour group -— a pricier trip. It was thought this would diminish the number of Americans in Cuba. And that has been the case outside areas like Tampa with large Cuban-American populations.

Overall, in the first quarter of 2018, 40 percent fewer Americans visited Cuba than the same period last year, according to Cuban government statistics. But InsightCuba’s Popper believes that drop is because Americans thought travel to Cuba was banned outright. Once the confusion cleared, he said, his company has “seen a steady and healthy growth, about 10 percent each month.”

Still, the University of South Florida’s College of Public Health will not send students to Cuba next school year after doing so twice last year. In part that’s due to Trump policy penalizing U.S. citizens for spending money with military-managed companies, even accidentally, said Jesse Casanova, the College of Public Health’s international programs coordinator. But other local institutions continue Cuba exchanges.

The University of Tampa still offers students the opportunity to study there, and the Florida Aquarium will continue to study Cuba’s coral reefs. Whether area business people are seeking opportunities in Cuba is harder to quantify.

While Trump banned Americans from entering into any contract with a company run by Cuba’s military-controlled subsidiary GAESA, which manages as much as 60 percent of the economy, opportunities remain.

But American businessmen are hesitant to announce Cuba initiatives, said John Kavulich, president of U.S.-Cuba Trade and Economic Council.

“They don’t want to end up on the wrong end of a presidential tweet,’’ he said.

“It simply isn’t worth it.”

(OPINIÓN) HABLEMOS DE LA ‘POLÍTICA MÁS DURA’ DE DONALD TRUMP HACIA CUBA.

El 16 de junio marcará un año desde que el presidente Trump anunció una política de viaje a Cuba más dura, pero a diferencia de gran parte de la nación, los cambios no parecen haber perjudicado las reservas locales a la isla.

La cantidad de personas que viajan entre Tampa y La Habana ha aumentado dramáticamente. El Aeropuerto Internacional de Tampa dijo que 71,376 pasajeros volaron entre Tampa y La Habana hasta abril de este año fiscal. Eso es de 53,512 durante el mismo período en 2017, un aumento del 33 por ciento. En general, a pesar de la promesa de Trump a una multitud de Miami el año pasado de hacer retroceder gran parte de lo que su predecesor Barack Obama había hecho con Cuba, aquí no ha cambiado mucho para aquellos que quieren involucrar a la nación isleña.

Los cruceros navegan con mayor frecuencia a La Habana. Los programas de intercambio continúan.

Los residentes incluso pueden alojarse en hoteles operados por militares cubanos, a pesar de la directriz de Trump de que los estadounidenses no pueden reservar habitaciones en esos alojamientos.
El lenguaje en el mandato dice que los estadounidenses no pueden hacer pagos directos a esos hoteles, dijo Tom Popper, presidente de la compañía de viajes InsightCuba, con sede en Nueva York. Pero las agencias de viajes de EE. UU. Aún pueden reservar legalmente estos hoteles para clientes al pagar habitaciones indirectamente a través de una empresa de administración de propiedades de terceros en Cuba, dijo Popper. Dijo que sus abogados lo han aclarado con la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Cuando se le preguntó acerca de los pagos indirectos, OFAC respondió por correo electrónico, “los viajeros autorizados no pueden participar en una transacción financiera directa con entidades y subentidades, incluidos hoteles, en la Lista Restringida de Cuba”. Presionado de nuevo sobre los pagos indirectos, OFAC no respondió.

“Si este es el caso, ¿cómo se puede considerar confiable a esta administración?” preguntó Rafael Pizano, portavoz de la Casa de Cuba de Tampa, que discute contra el compromiso con la nación socialista. “El presidente ha tomado medidas, pero necesita pasar. Los vuelos deberían ser más restringidos y los cruceros deben suspenderse”. Ambos están prosperando localmente. “No vemos nada que sugiera que la dirección de la política de la administración sobre los viajes a Cuba haya afectado nuestras reservas”, dijo Brad Hawkins, portavoz de Southwest Airlines, que ofrece vuelos diarios desde Tampa a La Habana.

Las líneas de cruceros de Carnival agregarán otros 20 viajes a La Habana en 2019, elevando el total a 31. Y Royal Caribbean ahora utiliza un barco más grande que puede transportar a más de 2.700 pasajeros a La Habana, en comparación con 1.602 anteriormente. “La Habana ha sido una oferta positiva de las líneas de cruceros para el puerto”, dijo Wade Elliot, vicepresidente de mercadeo de Port Tampa Bay.

Ir a Cuba por razones turísticas ha sido ilegal durante mucho tiempo según la legislación de los EE. UU. Pero el entonces presidente Obama facilitó la visita con fines educativos al permitir el viaje individual. Entre las directivas de Trump de junio de 2017 se encontraba la de cancelar el viaje individual a Cuba, por lo que la única forma de visitarlo era formar parte de un grupo turístico aprobado por el gobierno de EE. UU., Un viaje más costoso. Se pensó que esto disminuiría la cantidad de estadounidenses en Cuba. Y ese ha sido el caso fuera de áreas como Tampa con grandes poblaciones cubanoamericanas.

En general, en el primer trimestre de 2018, el 40 por ciento menos de estadounidenses visitaron Cuba que en el mismo período del año pasado, según las estadísticas del gobierno cubano. Pero InsightCuba’s Popper cree que la caída se debe a que los estadounidenses pensaron que el viaje a Cuba estaba prohibido por completo. Una vez que la confusión despejó, dijo, su compañía “ha visto un crecimiento constante y saludable, alrededor del 10 por ciento cada mes”.

Aún así, la Facultad de Salud Pública de la Universidad del Sur de Florida no enviará estudiantes a Cuba el próximo año escolar después de hacerlo dos veces el año pasado. En parte debido a la política de Trump que penaliza a los ciudadanos de los EE. UU. Por gastar dinero con empresas administradas por militares, incluso accidentalmente, dijo Jesse Casanova, coordinador de programas internacionales del Colegio de Salud Pública. Pero otras instituciones locales continúan los intercambios en Cuba.

La Universidad de Tampa aún ofrece a los estudiantes la oportunidad de estudiar allí, y el Acuario de Florida continuará estudiando los arrecifes de coral de Cuba. Si los empresarios del área buscan oportunidades en Cuba es más difícil de cuantificar.

Mientras que Trump prohibió a los estadounidenses celebrar ningún contrato con una empresa administrada por la filial controlada por los militares de Cuba GAESA, que maneja tanto como el 60 por ciento de la economía, las oportunidades permanecen.

Pero los empresarios estadounidenses dudan en anunciar las iniciativas en Cuba, dijo John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial de Estados Unidos y Cuba. “No quieren terminar en el lado equivocado de un tweet presidencial”, dijo.

“Simplemente no vale la pena”.

Agencies/Tampa Bay Times/Paul Guzzo/Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.